Los rosales y las rosas son motivo de orgullo para muchos aficionados a la jardinería. Ya sea por tradición, amor a las plantas, por su belleza o por su fragancia, son muy populares en cualquier jardín. Y todo aquel que tiene rosales quiere que sus plantas den muchas y bellas rosas. El rosal no es una planta difícil si tomamos algunos recaudos, y aquí te contaremos lo más importante para cuidarlos bien.
En otro artículo hemos hablado de cómo podar los rosales. Ahora comentaremos brevemente qué cuidados debemos tomar para que crezcan sanos y fuerte.
Plantación
Antes que nada, es importante remarcar que si vamos a iniciar un cultivo de rosales con desde el comienzo, es decir, con plantas nuevas, tratemos de comprar plantas de primera calidad. Conviene hacerlo en un vivero con gente que realmente sepa de plantas y que nos garantice su calidad y sanidad.
Época de Plantación
Para los rosales en maceta podemos plantarlos en cualquier mes del año, salvo en la época de floración o de ocurrencia de heladas.
Para los de raíz desnuda los mejores meses van desde Abril a Septiembre (para el hemisferio Sur), o desde fines del Otoño hasta el comienzo de la Primavera. Es importante tener en cuenta que si el suelo está muy seco o si estamos en medio de una fuerte ola de calor conviene esperar a mejores condiciones antes de la plantación.
Distancia de Plantación
Es importante dejar una distancia razonable entre planta y planta (si vamos a plantar más de un rosal). A medida que crezcan, los brotes y hojas ocuparán más espacio, y no conviene que se encimen entre ellos. La luz y el aire deben llegar a toda la estructura de la planta.
La distancia entre plantas dependerá del tipo de rosal que utilicemos.
Por ejemplo, para rosales rastreros, 80 centímetros entre plantas. Para rosales del tipo arbustivo, 50 centímetros de separación. Y para los rosales que forman matas, 35 entre plantas estará bien.
Preparación para la Plantación
Dependiendo del tipo de plantas que usemos, tenemos que seguir ciertas pautas a la hora de plantar.
- Para los rosales en cepellón (que traen una masa de tierra adherida a las raíces): Se cavar un hoyo donde calce adecuadamente y se ubica la planta. Luego se rellena con tierra fértil y se apisona bien para evitar que quede aire y para que la planta consiga un mejor anclaje para hacerle frente a los vientos. Por último, cavarle una zanja u hoyo alrededor para que el agua de riego permanezca más tiempo y no desborde. La tierra debe permanecer húmeda en los primeros días.
- Para los rosales en maceta, simplemente se quita el envase que los contiene y se los ubica en la maceta que será su nuevo hogar.
- Para rosales a raíz desnuda: conviene cortar las ramas a 15-20 cm del injerto, y recortar 1/3 de las raíces (las puntas). Es altamente recomendable utilizar productos enraizantes (como las hormonas de enraizamiento) con el objetivo de facilitar el crecimiento de las raíces. Las plantas así tratadas se colocan en hoyos en los que se rellena con tierra fértil y se apisonan bien. También aquí es conveniente cavar una zanja circular y mantener la humedad.
Terreno
El rosal prospera mejor si está situado sobre terrenos fértiles, aireados y con buen drenaje. Esto último es fundamental, ya que no soporta el anegamiento.
Para que prosperen y crezcan sanos, el lugar debe disponer de plano sol. Los rosales no deben estar bajo la sombra de un árbol o alguna estructura edilicia, como una pared.
Fertilización
Debemos fertilizar los rosales durante toda la primavera y el verano, independientemente de la riqueza del suelo. Las flores consumen una gran parte de la energía de la planta, y los nutrientes esenciales no pueden faltar en un buen rosal.
Lo más adecuado es utilizar un producto que contenga todos los macro y micro nutrientes, para que no le falte nada. Una buena opción es usar fertilizantes sólidos granulados, que luego de aplicados al suelo circundante, se incorporan al suelo mediante el punteo con una pala. Con los riegos, los nutrientes descienden y son absorbidos por las raíces.
Lo ideal es fertilizar (siempre respetando las dosis) cada un mes tanto en primavera como en verano, aunque todo depende del suelo y tipo de fertilizante.
Riego
Los rosales requieren de un riego profundo, que humedezca bien el perfil del suelo, más que nada en época de crecimiento. Pero debemos tener el cuidado de no mojar hojas y flores, ya que facilitaremos la entrada de hongos. Tampoco conviene regar de noche, ya que el agua y la humedad permanecerán por más tiempo en el suelo, y esta humedad facilitará la infestación con hongos.
Lo más adecuados entonces es regar durante la mañana, mientras no haya salido el sol y para que el agua del suelo se evapore más rápidamente.
Cuidados Post Plantación
En Otoño y para los rosales plantados en tierra es importante cubrir el cuello de la planta con una capa de tierra de unos 15 centímetros. Este montículo protegerá a la planta de las heladas.
Con la llegada de la Primavera, tenemos que retirar esa capa de tierra y cubrir alrededor del cuello con una capa de 5 centímetros de corteza de pino. Más adelante, cuando los brotes nuevos comiencen a desarrollar, será la hora de aplicar fertilizantes y mantener húmeda la tierra.
Floración
Generalmente, el período de floración de los rosales va desde el comienzo de la Primavera hasta comienzos del Verano. En alguna ocasiones, con plantas saludables y correctamente fertilizadas, puede llegar a florecer en Verano y Otoño.
Poda
La poda es fundamental en los rosales, ya que las rosas se forman sobre los brotes del año. Es una práctica que debe hacerse todos años (en plantas ya formadas). Se hace en Marzo (Hemisferio Sur) o cuando las probabilidades de heladas desaparecen. También podemos hacer otra poda en Mayo, para quitar las flores y ramas secas.
Para más información podés leer esta entrada.
Plagas y Enfermedades del Rosal
Es importante observar periódicamente las plantas, para detectar cualquier posible presencia de enfermedades o plagas. Mejor aún, realizar tratamientos preventivos.
Principales Plagas
Ácaros
Pequeños arácnidos que se alimentan de la savia de las hojas ubicándose en el envés de las mismas. Prosperan cuando hay sequedad y altas temperaturas. Los tratamientos son los mismos que con los pulgones.
Pulgones
Pequeños insectos áfidos de color oscuro o verdoso que succionan la savia de la planta. Se sitúan en los brotes tiernos y en los capullos florales y debilitan los rosales, pudiendo ocasionar pérdida de hojas y deformación de hoja y flores. Pueden generar también fumagina, una enfermedad fúngica asociada. Ante la primera aparición debemos realizar tratamientos con jabón potásico, algas de diatomea o productos químicos específicos.
Principales Enfermedades
Mancha Negra
Hongo que forma en las hojas manchas oscuras que se vuelven más grandes. Las hojas pierden color, amarillean y caen, y es en las hojas basales donde ataca más frecuentemente.
Las plantas son más susceptibles cuando hay temperaturas en torno a los 20 °C y alta humedad, y debemos usar fungicidas específicos y destruir las hojas afectadas.
Mildew
Hongo que forma manchas pardas que se tornan oscuras, sobre hojas, capullos y flores, que finalmente caen. Se genera en condiciones de alta humedad, poca ventilación y temperaturas en torno a los 20 °C. Debemos usar fungicidas específicos y destruir las hojas caídas.
Oídio
Hongo que forma una fina capa blanca sobre hojas y flores, generalmente en primavera y otoño, deteniendo su crecimiento ante las altas temperaturas. Se trata con fungicidas sistémicos y las partes afectadas se deben quitar y destruir.
Roya
Hongo que produce manchas amarillentas o rojizas en el haz de las hojas, con pústulas con esporas en el envés. El ambiente que favorece su aparición está dado por temperaturas medias, en torno a los 20 °C y humedad constante. El tratamiento consiste en usar fungicidas específicos y eliminar las partes afectadas.