Muchas veces damos por sentado que nuestro suelo es rico en nutrientes y que todo lo que plantemos allí crecerá abundantemente. Aunque no lo sepamos, es muy importante hacer un análisis de suelo, porque el suelo y sus nutrientes son la base del crecimiento de cualquier planta en tierra.
Nos ha pasado de ver jardines donde el césped crecía muy escasamente y sin vigor, con un color amarillento. Y esto a pesar de los riegos y el cuidado que se le proporcionaba. El problema fue dilucidado luego de un análisis de suelo, que determinó que el suelo era muy pobre en nutrientes. Suele pasar cuando está constituido mayormente por rellenos de escombros recubiertos con una capa de tierra de escasa fertilidad.
¿Cuántas Muestras Debemos Tomar?
Un análisis de suelo permite conocer no solo la fertilidad de un suelo, sino que también nos permite conocer la estructura del mismo. Es una herramienta muy útil y en algunos casos fundamental para los amantes de la jardinería.
En el caso de un jardín se estima una cantidad de entre cinco y diez extracciones, dependiendo de la superficie. Deben tomarse al azar, en diferentes puntos del terreno, y cuantas más muestras obtengamos, más representativas será la muestra final que enviaremos la laboratorio.
¿Cómo Se Extraen Las Muestras Del Suelo?
Necesitaremos una barrena para muestreo de suelo, una pala y un cuchillo. Es importante que estas herramientas no estén contaminadas con óxido, ya que podrían alterar las muestras y los resultados. De no contar con una barrena, podemos usar una pala de punta. En este caso, como las extracciones son más grandes, debemos tomar solo lo que está en el centro de las mismas.
Debemos evitar lugares poco representativos, como sitios cerca de caminos, pilas de compostaje, cercos, etc. Las muestras de estos lugares pueden darnos valores que no representen el promedio del suelo del lugar. Las extracciones deben tener una profundidad de quince centímetros.
¿Qué Se Hace Con Las Muestras Extraídas?
Una vez que tomamos las muestras, las colocaremos en un recipiente limpio, donde serán mezcladas. No es conveniente utilizar recipientes de metal ya que podrían contaminar las muestra, por lo que un balde de plástico sería una buena opción.
Al mezclar las muestras, tendremos que desmenuzar los terrones más grandes. Además, extraer los restos de materia orgánica (paja, hojas, frutos) y otras impurezas de suelo (piedras, raíces, astillas de madera, etc.).
Preparación De La Muestra Definitiva
Luego de mezclar las muestras, debemos dejar que se sequen en un lugar sombreado. Posteriormente, con el material seco, se pondrá en una bolsa plástica de cierre hermético una muestra final para el envío al laboratorio. Lo usual es un volumen aproximado al de dos tazas de té.
Es aconsejable guardar esta bolsa dentro de una caja con un rótulo que indique los datos que requiera el laboratorio de análisis de suelos. Este material a veces es provisto por ellos mismos.
Es importante además informar al laboratorio sobre cuáles serán las plantas que cultivaremos. Esta información les permitirá aconsejarnos un posible plan de fertilización de acuerdo al estado del suelo.
Dependiendo de la ubicación, se pueden encontrar laboratorios de suelos que analizarán las muestras y nos aconsejarán si hace falta una mejora. En Buenos Aires existe un laboratorio con personal de mucha experiencia en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos aires, ubicado en Avenida San Martín 4453.